(La persona amada) "ama algo que siempre permanece inasible porque su objeto es un devenir conjunto, un deber ser. Esta es la miseria del amor, que sólo puede exigir y no puede frenarse en su exigencia. El amor es sublime y miserable, heroico y estúpido, pero nunca justo. No se encuentra la justicia en el amor sino en la amistad." (F. Alberoni)


"Encuentro muy bien observado todo lo que dices acerca de la amistad, que a diferencia del matrimonio y del parentesco no goza de unos derechos universalmente reconocidos y que, por ende, se basa enteramente en su propio contenido interno. En realidad no es tarea fácil clasificar sociológicamente a la amistad. Quizás deba ser entendida como un concepto subyacente a la noción de cultura y civilización[...] Pero ¿qué ocurre con la cultura y la civilización? No creo que podamos subordinarlas simplemente al concepto de trabajo, por muy seductora que aparezca esta idea en varios aspectos. No pertenecen al ámbito de la obediencia, sino al campo de la libertad[...]. Quien ignora este campo de la libertad puede ser un buen padre, un buen ciudadano y un buen trabajador, posiblemente también un buen cristiano; pero dudo que pueda ser un hombre completo[...] Precisamente porque la amistad pertenece al ámbito de la libertad, hemos de defenderla firmemente contra todo fruncimiento de cejas de las “existencias éticas!”. Y si bien es cierto que no podemos defender para ella la “necessitas” de una ley divina, podemos alzarnos en cambio con la pretensión de una “necessitas” de la libertad. Creo que en el ámbito de la libertad, la amistad es el bien más valioso y menos frecuente... la amistad no puede compararse con los bienes de los otros tres mandatos; frente a ellos aparece como “sui generis”, y a pesar de todo los acompaña como una flor a un trigal" (Dietrich Bonhoeffer)


"La presencia de los amigos en la buena fortuna lleva a pasar el tiempo agradablemente y a tener conciencia de que los amigos gozan con nuestro bien. Por eso debemos invitarlos a nuestras alegrías porque es noble hacer bien a otros, y rehuir invitarlos a participar en nuestros infortunios, pues los males se deben compartir lo menos posible. Con todo, debemos llamarlos a nuestro lado cuando han de sernos de ayuda, y recíprocamente está bien acudir de buena voluntad a los que pasan alguna adversidad aunque no nos llamen, porque es propio del amigo hacer bien, sobre todo a los que lo necesitan y no lo han pedido, lo cual es para ambos más virtuoso. De todos modos, no es noble estar ansioso de recibir favores, por más que igualmente hemos de evitar ser displicentes por rechazarlos"

(Aristóteles, Ética a Nicómaco)


"Los amigos se necesitan en la prosperidad y en el infortunio, puesto que el desgraciado necesita bienhechores, y el afortunado personas a quienes hacer bien. Es absurdo hacer al hombre dichoso solitario, porque nadie querría poseer todas las cosas a condición de estar sólo. Por tanto, el hombre feliz necesita amigos"

(Aristóteles, Ética a Nicómaco)