Poema para un amigo del alma

Encontrarte fue un lujo que me fue concedido, por una suerte impensada, por privilegio divino.

Poder conversarlo todo con transparencia y con calma sin temer monotonía ni tristes palabras vanas.

Atreverse a compartir sueños aunque no sean compartidos, imaginando el tiempo, de los pasados vividos, aventuras que fueron o que jamás exisitieron.

Descubrirme en tu mirada en la complicidad y en la risa, y sin esperar nada poder encontrarlo todo en el secreto milagro de un instante sagrado.

E intuir el silencio, y respetar la distancia, la angustia, los temores, la desesperación y su trama.

No esconder lo que pienso, no necesitar máscaras, celebrar las disidencias... reconocer, a un amigo del alma.